Mi nombre es Carla, crecí en una familia que tenía un restaurante en un pequeño pueblo del interior del país. Uno de esos lugares sin apuros donde la magia de la cocina casera hacia la diferencia y se daba con calidez en cada plato. Fue ese tiempo entre mesas, manteles y vajilla mi primera escuela. Ahí entendí la importancia de crear ambientes agradables para que el encuentro, cualquiera sea la excusa, resulte un buen momento. Esa es la propuesta que tengo para ofrecer, un saber cultivado en mis orígenes, ligado al arte de la gastronomía hoy inspirado en la realización de eventos.